Las imágenes juegan un rol muy importante en el comercio de las sociedades contemporáneas a través de los anuncios publicitarios. Esto significa que las imágenes son un aspecto central de la cultura de la comodidad y de las sociedades de consumo dependientes de la constante producción y del consumo de aparatos tecnológicos. Tales imágenes publicitarias son esenciales para la construcción de ideas culturales acerca del estilo de vida, imagen propia, mejorar como persona y el glamour. La publicidad frecuentemente presenta una imagen de cosas para sean objeto de deseo, para que la gente sea envidiada y generalmente quieren decirte que es así como debería de ser. Así como se presentan valores sociales e ideologías sobre cómo la buena vida es. Es un aspecto central de la publicidad invitar al público/consumidor a imaginarse ellos mismos dentro del mundo de la publicidad. Este es un mundo que funciona por abstracción, una forma de estar situado no en el presente sino en un futuro imaginado con la promesa al consumidor de cosas que tendrá, de un estilo de vida del que pueda formar parte. Es por eso que la publicidad frecuentemente habla el lenguaje del futuro.
Somos confrontados con imágenes publicitarias constantemente en el transcurrir de nuestra vida diaria, en los periódicos y revistas, en la televisión, películas, transporte público, ropa, en la web y en muchos otros contextos en los cuales probablemente ni siquiera nos hemos percatado.
Todos los anuncios hablan el lenguaje de la transformación, diciendo a los consumidores que los productos cambiarán sus vidas para mejor si compran un determinado producto. Al hablar al espectador/consumidor sobre este cambio, están apelando a que los consumidores no se sientan contentos con sus estilos de vida, apariencia, trabajos, relaciones interpersonales, etc. Es por ello que muchos comerciales implican que los productos que ofrecen pueden aliviar este estado de insatisfacción. Es por eso que el mundo de la publicidad es presentado al espectador/consumidor como una fantasía de la que sus vidas podrían ser y de esta manera los tienta a creer que esa vida es posible de alcanzar a través del consumo.
Benneton es un ejemplo de cómo se trata de llamar la atención para que un anuncio sea recordado de todo el abanico de estímulos visuales que percibimos todos los días aunque para ello haya que crear controversia o herir susceptibilidades.
Escrito por: Jesús Fuentes
Estoy de acuerdo con lo que escribes en tu artículo Jesús, acerca de cómo la publicidad se encarga de hacer que el público consumidor no se sienta nunca satisfecho con lo que tiene sino que siempre requiera más, presentando el consumo de productos como la solución de éste problema, iniciando el ciclo otra vez. También creo que hoy en día la publicidad se vale de muchos recursos para llamar la atención de un público cada vez menos impresionable. Y si, el tocar ciertas cuestiones para llamar su atención es válido y creo, incluso, necesario, pues además de ser el propósito de la publicidad, ciertamente urge cambiar. Ejemplos de “logros” en ese sentido son las campañas de sensibilización en contra del tabaquismo, las terribles consecuencias del VHI o la matanza de delfines y focas en Japón y Canadá.
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